A los jóvenes de hoy contrario a los de mi época les gusta ser flacos, que la ropa no se la pongan sino que se la cuelguen. Es sinónimo de ser sexis . En mis tiempos no, y la ropa no ayudaba porque estaba diseñada para gente fuerte, musculosa y disimular la flacura no era nada fácil. Así que ser flaco acomplejaba .
Un día decidí que eso lo podía resolver con unas ampollas de complejo B, que dolían como un macho. ¿Y quién las inyectaba?. Pues en mi barrio no teníamos problemas con eso, para dicha tarea estaba la señora Alcira Díaz, una dama muy querida que vivía allí cerca de mi casa. De la puya de la señora Alcira no se salvaba nadie, mucho menos los pelaos del barrio.
El tema era que cuando iban llegando las 7 de la noche , el corazón se me quería salir del pecho porque era el momento para que ella llegara con una jeringa de vidrio, la cual guardaba en una pequeña olla. Tenia unas puyas de hierro infinitas. Luego de hervir la jeringa para desinfectarla, la señora Alcira preparaba la ampolla y la introducía en mi nalga. Pero como el que quiere gusto paga gusto, y yo era todo un varón – flaco pero varón-, me soportaba el dolor, porque al fin de cuentas, así engordaría.
Doña Alcira, tan querida ella, a quien Dios la tenga en su gloria, la amábamos a pesar de las puyadas, porque entre otras cosas, casi siempre nos fiaba el servicio.
Pero los tiempos han cambiado, las inyecciones de vidrio pasaron a la historia y todo eso ahora es desechable para proteger la salud de las personas, eso sí, de paso contribuir lamentablemente a la destrucción del planeta.
Ahora las inyecciones se aplican solo en las IPS y no en las droguerías, donde ese servicio está prohibido.
Aún tenemos fresca en la memoria, la muerte de un bebé quien fue inyectado en una droguería, investigación que por cierto hasta la fecha, que sepamos, no ha arrojado ningún resultado.
Así que es hora de tomar conciencia señoras y señores, evitar la autoformulación y mucho más evitar que nuestros niños sean medicados y sometidos a procedimientos médicos en lugares no autorizados.