El colegio se llama Leonidas Acuña. El cruce de caminos donde se encuentra no se parece a lo que era. Antes: calles empedradas que serpenteaban sin orden alguno sobre una tierra áspera. Una especie de trochas miserables y a lo largo una cuantas casas que servían de refugio a la más infame pobreza. Los sones de Alejo Durán se escuchaban …