Valledupar, enero 21 de 2025. La disputa por el acceso restringido a la urbanización Don Miguel, en la Comuna 5 de Valledupar, ha provocado un fuerte enfrentamiento entre los residentes de este conjunto habitacional y los habitantes de barrios aledaños, como Villa Jeanette. La controversia gira en torno a una valla instalada por la constructora Maya y Asociados que regula el ingreso al sector, lo que ha sido calificado por algunos como un obstáculo al libre tránsito.
En medio de esta controversia, el gerente de Maya y Asociados, Antonio Maya, explicó los motivos que llevaron a la instalación de la estructura. “Cuando comenzamos la construcción, el sector estaba deshabitado y enfrentaba constantes problemas de invasiones. Por eso decidimos colocar la malla como medida de seguridad para proteger tanto la obra como las viviendas”, comentó Maya.
El conflicto se intensificó luego de que la Inspección de Policía ordenara el retiro de la valla, decisión que podría ser ratificada por la Secretaría de Gobierno. “Si se retira la reja, la Alcaldía deberá garantizar medidas de seguridad para evitar el vandalismo en el parque y las viviendas. Sin esa protección, es muy probable que los kioscos y baños del parque, que aún no están terminados, sean destruidos”, advirtió el empresario.
Antonio Maya planteó posibles alternativas para resolver el conflicto, entre ellas, la instalación de un cerramiento interno que delimite las viviendas de la zona común, liberando el parque para uso público. “Se podría colocar una reja que brinde seguridad al sector de Don Miguel, pero dejando el parque completamente accesible para la comunidad”, sugirió.
Otra opción mencionada fue la creación de un CAI de vigilancia para garantizar la convivencia y evitar que el área se convierta en un foco de conflictos sociales. Según Maya, el problema no solo tiene una raíz urbanística, sino también un componente de “rencilla social” entre los vecinos de Villa Jeanette y los residentes de Don Miguel.
El representante de la constructora desestimó algunas demandas de los vecinos externos, como la apertura de una vía dentro del parque. “No es viable. Hay salidas cercanas a 100 o 150 metros, y la construcción de la circunvalar ya proporcionará un acceso directo a las áreas urbanas”, argumentó.
La situación pone de manifiesto los desafíos de convivencia en proyectos urbanísticos que combinan espacios privados y públicos. Mientras tanto, la comunidad afectada espera una solución que permita equilibrar las demandas de ambas partes y promover una coexistencia pacífica.