En esta llamada semana de reflexión, recogimiento y reserva, cada vez son menos los que se dedican a buscar un encuentro íntimo con el Señor, y a dejar huellas en una vida nueva con el resucitado.
Colombia es un país que si bien se caracteriza por su diversidad cultural y el gran aporte que esta le da a la identidad criolla de la tierra del Sagrado Corazón, también lo hace por el peculiar comportamiento de sus habitantes, que no desaprovechan espacio para dedicarse al relajo y al esparcimiento.
Y es que los días en los que se hace remembranza del Triduo Pascual (celebración netamente católica) no todos se concentran en el misterio de la grandeza del sangriento sacrificio de Cristo por la humanidad. Todos sacan provecho de esta semana, sea por afanes religiosos, apetencias económicas o simplemente para saciar la sed de protagonismo en las redes sociales; el negocio ya se hizo global.
En las parroquias, por ejemplo, se está pasando de brindar homilías que llenen el alma de los feligreses que buscan sanación interior, a competir por cuál invierte más en la cantidad de flores y arandelas con que se va a acoger a los visitantes que por su lado y no menos afanosos, colapsan las memorias de sus teléfonos móviles y publicando historias en todas las redes sociales, porque todo el mundo tiene que ver que “yo si viví la Semana Santa”.
Es entonces cuando me pregunto si, al igual que Papá Noel le robó el protagonismo al Niño Dios en las comerciales fiestas decembrinas, las romerías y el espectáculo social puedan llegar a arrebatarle la importancia a este tiempo de recogimiento (recogimiento de plata, a ver si alcanza para ir a figurar en Valencia, en San Diego o en la Plaza).
No se puede perder el sentido que tiene para un país como el nuestro, y más para una ciudad que aún tiene su puro y envidiable aroma provinciano como Valledupar el sobreponer ante todo el inestable apetito de la globalización y la novedad, la pureza y sencillez con que se vive este recuerdo cristiano. Imperdonable seria que el Ecce Homo se monte en un carro de bomberos para encarrilarlo a una caravana cual lanzamiento de disco vallenato, y permitamos que se convierta la semana mayor en otra arista de la farándula.
RICARDO JOSÉ JIMÉNEZ JIMÉNEZ
Licenciado en Lenguas Castellana e Inglés
C.C. 1.065.638.003 de Valledupar.
