La frase la dijo Francisco Maturana, y cuando la pronunció todos nos indignamos. No podíamos aceptar la frase porque significaba que el técnico colombiano justificaba el haber perdido con su seleccionado. Pero han pasado los años, tres décadas y la verdad es que sí, perder es ganar un poco. Los fracasos de entonces por parte de la tricolor, nos llevaron a valorar los éxitos con cabeza fría, nos hizo aterrizar porque nos sentíamos los mejores del mundo, y a levantarnos cuando nos fuimos de bruces. Recuperar la fe no es fácil, necesitamos más de fracasos que de éxitos para lograr conservarla y avivarla.
El tiempo le dio la razón a Maturana, si no hubiésemos fracasado tanto, hoy no estaríamos diciendo cada vez que jugamos con Brasil, que se trata de un clásico suramericano. Si no hubiésemos perdido tanto, David no mirara sin miedo a los ojos a Goliat, nuestros jugadores no miraran sin complejo a los encopetados brasileños.
Si no hubiésemos fracasado tanto en su momento, no estuviéramos invictos hoy. Y si no logramos ser campeones, tendremos que entender que aún perder es ganar un poco.
Aplica para el futbol, aplica para la vida.
Por Limedes Molina Urrego
