El reciente y trágico asesinato de nuestra estudiante KARENA NUÑEZ, así como el caso de la pequeña SOFIA DELGADO, han puesto de manifiesto la urgente necesidad de proteger a nuestras mujeres y niñez en Colombia. Estos eventos lamentables no solo representan tragedias individuales, sino que reflejan una problemática más amplia que afecta a numerosas mujeres y niños en nuestro país. La violencia sexual y física contra la niñez es un tema alarmante que requiere una atención inmediata y un compromiso firme por parte de la sociedad en su conjunto.
Según datos de la ONG Children Change Colombia, aproximadamente el 42% de los jóvenes colombianos han sufrido violencia sexual, física o emocional durante su infancia. Además, se informa que la policía registró más de 8.000 crímenes sexuales contra menores de edad entre enero y agosto de 2023, y la Defensoría del Pueblo registró más de 50.000 casos de delitos sexuales en los últimos 5 años. Estas cifras son alarmantes y subrayan la urgencia de tomar medidas efectivas para proteger a la niñez.
En este sentido, es fundamental destacar la importancia de las leyes existentes en Colombia para la protección de la niñez, como la Ley 1098 de 2006, el Código de la Infancia y la Adolescencia, que establece los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes, así como las medidas de protección integral para garantizar su bienestar. Asimismo, la Ley 1146 se enfoca en la violencia sexual y la atención integral de los niños, niñas y adolescentes abusados sexualmente, promoviendo la prevención, atención y sanción de estos delitos.
Sin embargo, es evidente que se requiere un enfoque más integral y acciones concretas para abordar esta problemática. Es crucial implementar estrategias efectivas como sociedad, que apunten a la prevención, atención y sanción de la violencia contra la niñez. Además, es fundamental considerar el impacto en la salud mental de los colombianos cuando se ataca a seres indefensos. La protección de la niñez no solo es un imperativo moral, sino que también es esencial para el desarrollo saludable y sostenible de nuestra sociedad.
Es hora de que, como sociedad, nos unamos para proteger a nuestros niños y niñas, y para garantizar que puedan crecer en entornos seguros y saludables. La prevención del maltrato infantil y la promoción de la atención continua a los niños y las familias son pasos fundamentales para reducir el riesgo de repetición del maltrato y minimizar sus consecuencias. Juntos, podemos trabajar para construir un futuro en el que la niñez de nuestro país esté protegida y pueda prosperar.
Es crucial tomar medidas pronto para evitar tener que indignarnos nuevamente por casos de violencia contra la niñez. A partir de ahora, es fundamental que empecemos verdaderamente a proteger a los niños y niñas. Instemos a las instituciones del estado a desarrollar estrategias de protección efectivas y a garantizar que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y otras entidades estatales adopten un enfoque preventivo en lugar de correctivo. Cuando las instituciones operan de manera correctiva en lugar de preventiva, se corre el riesgo de que los niños y niñas ya hayan sufrido daños irreparables antes de recibir ayuda. Todos debemos actuar, ya que la protección de la niñez es una responsabilidad compartida entre el Estado, la familia y la sociedad, tal como lo establece la Constitución Política de Colombia. Respetar este principio es fundamental para garantizar un futuro seguro y saludable para nuestros niños y niñas.
Por Dr Ricardo Méndez Robles
Psicólogo especialista en educación, cultura y política