El coro era incesante. Lo gritaban a una sola voz, estudiantes que en veían como uno de sus compañeros amenazaba con lanzarse al vacío desde un quinto piso en el campus de la UPC sede Sabanas. Cual judíos gritando ¡crucifíquenlo!, refiriéndose a Jesús, mientras pedían que Barrabas fuera liberado, los estudiantes formaron una turba loca, desenfrenada, delirante, inconsciente, cubiertos por la máscara de que se trataba de una mamadera de gallo, porque así somos los costeños.

No señores, nada que ver, no les queda bien. El grito de que se tire, muestra que algo no anda bien en la sociedad. Ustedes se están preparando, son supuestamente el futuro del país, son la esperanza de este pueblo y la guachafita, la indolencia, la falta de empatía nos anticipa que no serían ustedes las manos confiables para conducir los destinos de nuestro país, nuestra ciudad, nuestro departamento.

Un poco de empatía no vendría mal. No sabemos si la presión social, los problemas laborales y/ o académicos, sentimentales, nos terminen llevando a situaciones similares. Y ahí, esperamos que nadie nos grite ¡que se tire!, sino que aparezca un Guillermo como el de ayer, y nos evite lanzarnos al vacío.

Por Limedes Molina Urrego

@LimedesMolinaUr

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