Se inundó un barrio, llamen a Arturo. No hay como sepultar a una persona, llamen a Arturo. Siguen atracando, llamen a Arturo. Si hay invasión del espacio público, llamen a Arturo, y si hay basuras en las calles, llamen a Arturo. Pero si hay trancones, llamen a Arturo. Y si no sabe a quien llamar, llame a Arturo.
La batería del celular de Arturo Calderón, debe ser más duradera que la de Joaco Guillén. Cientos de llamadas recibe a diario el secretario de gobierno por temas de diversa índole, muchos de su competencia, y muchos no.
Así es la Secretaría de Gobierno municipal, una repisa donde ponemos lo que va en esa repisa, y lo que no sabemos dónde no ponerlo. Es como el cuarto de San Alejo, donde guardamos todo lo que no sabemos dónde guardar.
¿Será esto lo que aburrió a Arturo?. El secretario de gobierno municipal de Valledupar, luego de diez meses en el cargo, hoy presenta su renuncia ante el alcalde Mello Castro. Le dice adiós al cargo más complejo de la administración municipal. ¿Se irá de candidato para algo? Es lo más posible, ojalá no lo intente de nuevo a la Gobernación, aunque la constancia vence lo que dicha no alcanza.
Se va Arturo, un buen funcionario, diligente y humano, una buena persona que aunque no fuera de su competencia, buscaba soluciones a los problemas. A alguien tuvo que haberle quedado mal, críticos debe tener, pero en términos generales se va con una buena imagen.
A propósito de la repisa, perdón, de la secretaría de gobierno, sería bueno que aprendamos todos, y me incluyo como periodista, cuales son las funciones de esa dependencia, a ver si no la sometemos a un desgaste innecesario.
Ah, ya no llamen más a Arturo, a menos que sea para asuntos de cultivos de arroz, porque desde hoy dejará de ser el secretario de gobierno. ¡Buen viento y buena mar!.
