”Mi esposo dio la vida por la universidad, y murió preocupado por la situación económica” dice la señora Dilaima Lucia Cuadros Albear, al recordar al profesor Jorge Martin Barros Lago quien hace unos meses a la edad de 59 años, murió víctima de un infarto. La demora en el pago de la UPC de los honorarios y de la liquidación, llevó al docente a un alto estrés que terminó acabando con su vida.
Dilaima Lucia Cuadros, dijo que su esposo laboró con la UPC durante 27 años, pero nunca de planta. Al morir, lo que dejó el docente fue una hermosa familia, y deudas por pagar.
A raíz de esta situación, Dilaima con sus tres hijos, ha querido sacarlos adelante, pero la situación se ha tornado difícil, haciendo que sea casi imposible darles la educación que el docente había soñado para ellos.
Es por esto que quiso que su hijo Jorge Guillermo Barros Cuadros, de 17 años, ingresara a estudiar su carrera de contaduría, no obstante lo rechazaron en la UPC por haber sacado un puntaje bajo en las pruebas Saber 11.
Dilaima Cuadros, aseguró que ha pedido a la UPC que a su hijo le apliquen el mismo criterio que se usa con los estudiantes de profesores de planta a quienes dice, no les exigen el puntaje para permitirle matricularse. “ Mi esposo no me dejó dinero para matricular a su hijo en una universidad privada” dice la señora Dilaima, desesperada porque no quiere que se frustre el sueño de su hijo.
Espera la viuda del profesor Jorge Martín Barros, que el rector Rober Romero Ramírez se conduela de ella y de su hijo, y le permite un cupo al joven para poder adelantar una carrera superior en la universidad, por la cual su padre entregó hasta su último minuto de vida.
