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Una vez más quedó demostrado que en Valledupar cada quien hace lo que le parezca bien, y que no hay autoridad que los meta en cintura. En el barrio Tobías Daza al occidente de Valledupar, los habitantes de una calle quedaron viviendo en un callejón simplemente porque a los vecinos de la urbanización construida a su lado, se les ocurrió colocar una reja.

El hecho se presentó a la altura de la calle 17 entre carreras 40 y 41 del mencionado sector, a pocos metros de la acequia de las Mercedes. Allí hace muchos años se encuentra el barrio Tobías Daza, y de un tiempo para acá fue construida la urbanización Villa Catalina, la cual surgió de un proyecto de vivienda de interés social, lo que significa que tanto los unos como los otros, son personas de escasos recursos.

No obsrejas_que_dividentante, a decir de los habitantes de la calle 17 de Tobías Daza, los vecinos de la urbanización se creen de mejor familia, porque de un momento a otro decidieron colocar una reja que convirtió a su calle un callejón, que les evita como es lógico a ellos caminar hacia la urbanización. Este acto lo califican como una simple discriminación.

Según la señora Sara María Sánchez, cuya residencia ubicada en el barrio Tobías Daza colinda con la reja construida por sus vecinos, la decisión de estos obedece a que los niños del barrio se pasaban hacia la urbanización a jugar con los pequeños que allí residen.

“Y le van a poner unas varillas más donde están los huecos, para que los niños no pasen para allá” dijo la señora Sánchez, quien indica que “ eso es como discriminando a la gente, para que uno no cruce para allá, y los niños no jueguen allá”.

Una reja que protege de los malos olores

Pero lo más curioso, es que habitantes de la urbanización Villa Catalina les dijeron a los vecinos a los que les bloquean el paso con la reja, que entre las razones para instalarla es para evitar sufrir de los malos olores que por allí se sienten, como si la reja impidiera el paso de los mismos.

Así lo asegura el señor Julio Cesar Cantillo Molinares, quien hace muchos años reside en la calle que se convirtió en callejón. Él dice que en tanto tiempo residiendo allí, no ha sido víctima de la inseguridad, que podría ser una de las razones para instalar la reja. “ No es inseguro, porque yo vivo primero aquí antes de haber la urbanización yo vivía aquí solo, y no, no me ha pasado nada” asegura Cantillo Molinares mientras señala uno de los dos carros su propiedad, el cual amanece fuera de la terraza sin que nada le ocurra.

 No buscamos discriminar a nadie

Los vecinos de la urbanización Villas de Catalina  tienen sus razones según ellos para haber gastado plata en la instalación de la reja que ha convertido su urbanización en un conjunto cerrado sin autorización alguna. Consideran los habitantes de este sitio, que la inseguridad los llevó a tomar la decisión, pero que en ningún momento quisieron discriminar a los habitantes de Tobías Daza.

“Primeramente nosotros lo hicimos por seguridad, porque aquí han atracado, si tu miras aquí esto es algo marginado, y no como dijeron muchos vecinos que lo habíamos hecho por discriminación” asegura Richard Rangel habitante de la urbanización, al señalar  que muchas veces han sido víctimas de los dueños de lo ajeno.

“Ellos tienen su salida por allá” anota Rangel, aunque insiste en que no quieren discriminar a nadie.

Contrario a replantear la decisión de instalar la reja, indica  Rangel que la otra entrada a la urbanización será cerrada con una reja también muy pronto. “ Nosotros con nuestras fuerzas pusimos las rejas aquí, y el pensado más adelante es hacer las rejas de acá adelante” .

Planeación no hace nada

La lentitud que caracteriza a la oficina de Planeación Municipal de Valledupar, es la razón por la cual ninguno de los dos bandos confía en su intervención para solucionar este problema de vecinos.

Los habitantes de Tobías Daza acudieron a esta dependencia de la Alcaldía con el fin de que metiera en cintura a los vecinos de la urbanización. Y en efecto los funcionarios llegaron, tomaron unas medidas, y nunca más han regresado. “Pusimos una querella, que era el primer paso a seguir, luego vino un funcionario tomó la medida de la reja, y se lo pasaron a jurídica, que es la que va a tomar las medidas, pero eso está más lento que el viaje de Diomedes de a pie por culpa de una mujer” dice jocosamente el señor Julio Cesar Cantillo.

¿Y por qué los vecinos de la urbanización Villa Catalina  no acudieron a Planeación Municipal a solicitar permiso para instalar la reja?. La misma razón; en esa oficina los tramites son lentos. “Mira tú vas a Planeación y siempre es como demorado, siempre te sacan por la tangente nunca hay respuesta de nadie” dice Richard Rangel.

Por ahora el ambiente en el sector es tenso. Unos se siente discriminados y bloqueados, como si vivieran en la antigua Alemania separada por el muro de Berlín. Los otros temerosos de la inseguridad, de la que creen solo pueden ser víctima en sus casas y no al salir de ellas.

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