Feliz no estoy de decirlo, pero hay que hacerlo; la mentada paz total de Gustavo Petro fracasó. Y aunque  a este gobierno le queden 19 meses aún  – gracias a Dios solo 19 meses – solo un milagro podría hacer que esta administración cumpla su promesa -su mentira  – principal de alcanzar la paz total.  

Y no necesariamente por culpa del gobierno, que aunque ha puesto un enorme grano de arena para que la paz total sea un fracaso, no ha sido el principal culpable de eso.

Esta culpa en su mayor parte, se le tiene que atribuir a los grupos ilegales, que fieles a su naturaleza violenta, han hecho lo que siempre se espera de ellos, que muerdan la mano de quienes se las tienden.

La más fiel a su naturaleza violenta es la guerrilla del ELN, que ha tirado a la caneca, la oportunidad de oro de hacer la paz en un gobierno afines a su supuesta ideología.

¿Pero qué esperaba el presidente Petro con este grupo armado ilegal por Dios?.  ¿Es que acaso no sabía bien con quien estaba lidiando?.

Lo dudo, Petro fue guerrillero y sabe como funcionan estos grupos armados, abonándole sin embargo que él perteneció a una organización que, aunque tuvo sus intereses con el narcotráfico – o si no recuerde el holocausto del Palacio de Justicia – se hacía “querer” por parte del pueblo por defender una ideología más “social”. El ELN sin embargo, como todos los grupos ilegales que subsisten, se mantienen vivos porque es el narcotráfico lo que los mueve. El negocio socio.

No podíamos esperar menos de un gobierno, que la decisión de romper los diálogos con este grupo el cual  hoy tiene arrodillada a una sociedad entera como la del Catatumbo, a donde no llega la fuerza pública a garantizar la tranquilidad de nadie, porque mientras se sentaban con la guerrilla en la mesa, estos se iban fortaleciendo como siempre lo han hecho. Para eso es que usan las mentadas treguas, los ceses al fuego.

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