Como un “rebrujo” de caja de las manos y los dedos prodigiosos de Pablo López, se mesclaron en sorprendente armonía, el nombre de esta hermosa población del norte del Cesar, su gentilicio, el proceso de diálogo en La Habana, entre el Gobierno Nacional y las FARC y la decisión de la mesa de diálogos de la capital Cubana, de escoger un territorio situado en el corregimiento de Los Encantos, como Zona Veredal Transitoria de Normalización.
Una alineación de los astros que permitirá no solo que La Paz, su gobierno y su gente, extiendan el más efusivo y eficaz apoyo al proceso de paz que conducirá a la finalización del conflicto para fortuna de todos los Colombianos, sino que representará la oportunidad para que este territorio supere dificultades sociales de antigua e incomprensible duración.
La Paz, como casi todos los territorios del Cesar ha padecido el flagelo de la violencia que ha dejado infinitas víctimas, pero además el contrabando combustible ha impactado negativamente su economía y su tranquilidad, mientras que las tradicionales fortalezas económicas como el sector agropecuario fueron abandonadas, mientras que las nueva generaciones de pacíficos, encontraron un escenario confuso, perdido y desalentador.
Por demás incomprensible resulta que La Paz, portentoso municipio en riqueza cultural, ambiental y turística, padezca por la falta de un acueducto con capacidad para atender la demanda. Tampoco se entiende el rezago en materia de salud, educación, seguridad, y falta de impulso a la economía campesina garantía la seguridad alimentaria tanto de los pacíficos como los consumidores de la zona de influencia, incluida la Capital Valledupar.
Pero ha llegado la oportunidad para los pacíficos, de la mano de una alcaldesa creativa y emprendedora. Una mujer caracterizada por un dinamismo y una capacidad de gestión inigualable. Con ella, y la coyuntura del proceso de paz con las FARC, que ha escogido un pequeño territorio del municipio como ZVTN, despegará el progreso, el desarrollo y la nueva era para este municipio, cuyo nombre y gentilicio, como dijo a la alcaldesa, “parecen mandados a hacer para la ocasión”.
Por Jorge Luis Contreras
