Por el mal manejo de su suelo, el Cesar es uno de los lugares del país con mayor exposición a las consecuencias de los distintos fenómenos atípicos que presenta el clima en los últimos años (Fenómeno de El Niño), como las sequías o lluvias extremas, los cuales serían más catastróficos por la alteración de sus terrenos.
—————————————————————————————————————————————
El Estudio de Conflictos de Uso del Suelo que llevó a cabo el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), en cabeza de su director general, Juan Antonio Nieto Escalante, determinó que de las más de 114 millones de hectáreas de terreno con los que cuenta Colombia, 32 millones 794 mil 351, es decir, el 28 por ciento ‘agoniza’ por conflictos como la sobreutilización y subutilización de sus suelos, situaciones que los tornan más vulnerables para padecer los estragos de los fenómenos climáticos como sequías, inundaciones, incendios forestales, entre otros tantos.
Entre los territorios más afectados en Colombia se encuentran las regiones Caribe (donde se encuentra ubicado el departamento del Cesar) y Andina, la Altillanura y el Valle del río Cauca, zonas que históricamente han sido aprovechadas para las actividades del hombre.
Con aproximadamente el 64 por ciento de su área en conflicto de uso del suelo, del cual se evidencia el 33 por ciento con problemas de sobreutilización (746 mil hectáreas) y el 31 por ciento con problemas de subutilización (700 mil hectáreas), el departamento del Cesar ocupa el cuarto puesto en nuestro país entre los que no utilizan sus suelos de manera adecuada; solo el 36 por ciento (793 mil hectáreas) se encuentra con uso adecuado, donde las coberturas naturales no han sido afectadas en su mayoría por sistemas productivos.
Municipios cesarenses afectados
El desarrollo de una radiografía de los suelos cesarenses, arroja que los municipios más afectados por conflictos de uso del terreno por sobreutilización por área, son: Valledupar, con 105 mil 613 hectáreas; Agustín Codazzi, con 53 mil 091 hectáreas; y Chimichagua, con 49 mil 926 hectáreas. Por área municipal, dos municipios tienen más de la mitad de su área con este tipo de conflicto: San Alberto y Pueblo Bello, ambos con el 56 por ciento.
Mientras que los municipios que presentan mayor área por subutilización, son: Valledupar, con 128 mil168 hectáreas y Agustín Codazzi, con 64 mil 075 hectáreas. Por área municipal, el porcentaje máximo corresponde a Astrea, con el 64 por ciento de su área; Gamarra, con el 61 por ciento; y San Diego, con el 51 por ciento.
Con base en el estudio de Conflictos de Uso del Suelo del IGAC, en la escala de los departamentos más expuestos a las consecuencias de los fenómenos climáticos, por conflictos en su suelo por usos inapropiados, en su orden son: Sucre con el 78 por ciento, seguido por Atlántico 73 por ciento, Magdalena 65 por ciento, Cesar 64 por ciento, Caldas 63 por ciento, Córdoba 62 por ciento, Santander 59 por ciento, Bolívar 54 por ciento, Tolima 49 por ciento, Antioquia 51 por ciento, Cundinamarca 51 por ciento, Boyacá Huila y Risaralda con 49 por ciento,
Casanare y Meta con 44 por ciento, Norte de Santander 40 por ciento, Arauca, Quindío y Valle del Cauca 35 por ciento, Vichada 31 por ciento, Cauca 30 por ciento, La Guajira 27 por ciento y Nariño 22 por ciento.
Ante este panorama desolador, Juan Antonio Nieto Escalante, director general del IGAC, manifiesta que, “las zonas más productivas y pobladas de Colombia han sufrido un continuo procesos de deterioro y deforestación, lo que puede representar futuras tragedias, tanto en épocas de sequía, como de lluvia. Estos suelos ya no pueden retener el agua suficiente para enfrentar un fuerte verano, lo que representa que los ríos bajen su caudal y se vea afectada de manera directa la biodiversidad colombiana. En el invierno, los terrenos no regulan la gran cantidad de recurso hídrico que reciben, razón por la cual se dan las inundaciones, en algunos casos inmanejables”.
Agregó que, “el uso del suelo en Colombia cuenta con dos caras: unos suelos que han sido utilizados para la agricultura y ganadería, cuando cuentan con otra vocación, como el forestal o agroforestal. La otra son los suelos subutilizados, es decir, abandonados o desaprovechados y que no son usados para su verdadera vocación”.
