Primero fue Jorge Pérez Bernier detenido por detrimento patrimonial, luego Juan Francisco «Kiko» Gómez, condenado a 55 años de prisión por asesinato, luego Wilmer González Brito detenido recientemente por el delito de constreñimiento al elector, y ahora es Oneida Pinto, quien fue separada del cargo al Consejo de Estado encontrar que había violado el régimen de inhabilidades. Ella es la última en ser capturada. Su detención se produjo cerca de su residencia al noroccidente de Bogotá, en momentos que la ex gobernadora de La Guajira se dirigía a una panadería con el fin de hacer unas compras.
Pinto está acusada de irregularidades en la ejecución del contrato para la reducción de la mortalidad infantil en el municipio de Albania cuando se desempeñó como alcaldesa de esa localidad en 2011.
La captura de la ex gobernadora fue legalizada por parte del Juzgado 35 de garantías este mismo miércoles.
Y es que con la captura de Oneida Pinto, se complica mucho mas no solo su situación en particular, de por si ya cuestionada por las supuestas amenazas contra la vida del ex gobernador encargado Jorge Enrique Vélez, sino la misma situación política del departamento de La Guajira.
Allí en ese departamento, las voces de quienes consideran que esta situación de los ex mandatarios no es casual, sino que obedece a una persecución contra la dirigencia de esa zona del país, comienzan a ser mas fuertes e incluso se habla de un intento de separar al departamento de Colombia, porque según ellos, esta supuesta persecución lo único que busca es que el Gobierno Central se apodere de los recursos minerales del departamento en su totalidad.
Por ahora lo único que queda en evidencia es que en La Guajira los electores eligen muy mal, más que en el resto del país, o simplemente la corrupción es tan normal que quien la practica es considerado un héroe digno de admiración.
