El panorama de compra de vivienda para los cesarenses cada vez sigue preocupando más a quienes tienen ilusión de estrenar casa. Según el último reporte de la Cámara Colombiana de la Construcción, Camacol, las ventas de casas o apartamentos nuevos, tanto VIS como No Vis, fue de sólo 398 unidades durante el primer cuatrimestre, es decir, 641 menos que representa una caída de 62 % frente al mismo mes de 2022 en el Cesar.
De acuerdo con lo manifestado por el gerente de Camacol en este Departamento, Hernán Felipe Araújo Ariza, la principal razón por la cual se presenta esta disminución, es la variación en la aplicación del subsidio Mi Casa Ya, que desde el año 2015 era asignado a hogares colombianos con ingresos entre dos y cuatros salarios mínimos mensuales legales vigentes, pero con la entrada del nuevo gobierno del presidente Gustavo Petro, la dinámica cambió; y ahora dependen del puntaje con que cuenten los aspirantes en el Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales, Sisbén.
“Veníamos con personas que tenían listas sus viviendas, solo para escriturar, y nos tocó meterlos en el Sisben. Hoy tenemos un problema, hay empresas que llevan 30 y 40 días haciendo las solicitudes de sus clientes para que les hagan la encuesta y no les dan respuesta, entonces por esa parte se genera un traumatismo”, explicó Araújo.
Sumado a la lenta asignación de Mi Casa Ya, que en el Cesar solo representa 137 de los 2.787 asignado en Colombia; está el subsidio Frech, una ayuda ofrecida por el Gobierno Nacional que facilita la financiación de la vivienda VIS y No VIS cubriendo un porcentaje de la tasa de interés pactada para el crédito hipotecario, y el cual también está afectado.
“Se debía tramitar desde octubre estas vigencias de la tasa Frech y eso en estos momentos nos tiene frenados. Tenemos 2.800 que han recibido el subsidio por las resoluciones, y esas familias aún no pueden tener la vivienda porque sino les tocaría renunciar porque no hay cobertura a la tasa. Si no tiene el Frech no puede recibir el otro subsidio. Ese es un trámite que está haciendo el ministerio”, agregó el gerente.
Sin duda alguna, la construcción está asociada a la generación de empleo, aspecto que también se estará viendo afectado con la iniciación de construcción de proyectos de viviendas.
“El indicador que mide más claramente el empleo es el número de iniciaciones de unidades de viviendas, cuando uno inicia una construcción es donde se contrata la mano de obra y especialmente la no calificada. En el mes de abril tuvimos 88 iniciaciones, y un promedio normal de los últimos años era de 150 – 160 iniciaciones al mes, ese es un indicador preocupante porque se están postergando las construcciones por la misma situación; porque si no hay entrada ni desembolsos el constructor no tiene el músculo para seguir iniciando y adelantando los demás proyectos”, finalizó Hernán Felipe.
El informe también revela que los lanzamientos registraron una reducción del 49% respecto al mismo período de 2022, mientras que las iniciaciones cayeron en un 67%, por lo que urge reactivar la actividad edificadora, dado los riesgos sobre el empleo que se afrontarán al no revertir la actual tendencia.
