A nadie debe caberle duda que con quien debe Colombia firmar la paz es con Colombia. Esa Colombia centralista, de rancio abolengo, elitista, burócrata, de fina estampa, demagógica y espuria debe sentarse en cualquier ciudad del mundo, a suscribir un pacto de no agresión definitivo con la otra Colombia. Esa Colombia politiquera, corrupta, adinerada, opulenta, excluyente y poderosa… La de Ardila Lulle, Sarmiento Angulo, los Nule, los Uribitos, Pacific Rubiales, Cerveza Águila y demás debe ir pensando a través de que lenguaje le pedirá perdón a los cientos de victimas que ha dejado sin tierras, sin vivienda, sin trabajo, sin familia y sin esperanzas.

Del otro lado de la mesa ha de estar la otra Colombia: ese 99% de colombianas y colombianos que viven de las migajas que escupe la otra Colombia, una élite perversa que a duras penas son el 1% de la población, pero con todo el poder económico y político para esclavizar al otro 99%. Esa Colombia sisbenizada, empobrecida, marginal, negroide, indígena, desnutrida, ignorante y obediente, que aun cree sumida en la estupidez, que la jugada de Yépez en el Mundial de Brasil fue gol, debe sin lugar a dudas hacer rifas y tamales para viajar a cualquier ciudad del Mundo para desactivar una guerra de hermanos que lleva más de 60 años de desangre injustificado.

La Colombia competitiva que se ha educado en la Universidad de Los Andes, en la Javeriana y en la del Rosario llevará como negociadores estrellas a Gina Parody, flamante Ministra de Educación y a la senadora Paloma Valencia, prestante alfil del Centro democrático, en representación de esa Colombia lejana y virtual, que celebra con whisky importado en el Club El Nogal a manteles con los directivos de Saludcoop o Pacific Rubiales y son atendidos en sus dolencias de salud en la Clínica Shaio, irán a la mesa de negociaciones a ratificar con evidente descaro que son victimas y no victimarios.

Argumentarán con datos y estadísticas irrefutables que han hecho muchísimos aportes al país, por lo cual merecerían más bien la Cruz de Boyacá por sus enormes contribuciones al desarrollo económico y a la sana convivencia de sus compatriotas. Callarán cínicamente claro está, que se han enriquecido con los dineros públicos y que han financiado obsesiva y sistemáticamente los desplazamientos forzados, los falsos positivos, las masacres selectivas y la ruina permanente de los campesinos del país. Los empleos que han generado para la Colombia segregada a través de sus negocios leoninos le han salido terriblemente onerosos al país y a las finanzas del estado.

La Colombia poco competitiva que confunde las Pruebas Pisa -ese cuestionario hijuemadre y gringo en el cual Colombia, la Colombia de los estratos 1 y 2 siempre ocupa el último puesto – con la Torre inclinada de Pisa. Ese país de migrantes, analfabeto, desempleado, subempleado, deseducado, violento, maltratador, difuso, enmarañado, llevará como negociadores a Doña Mechas, Ana Mercedes Plata, la abuelita folclórica que se empeliculó con el Presidente-Candidato en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales y “ayudó” para que la Colombia pobre eligiera al cáncer, en vez del sida, para que dirija al país en los próximos 4 años.

Por el uniforme rosado y sus facciones indígenas, el otro negociador de la Colombia recicladora y echada para adelante será el actual Campeón del Giro de Italia Nairo Quintana, pues Falcao García y Mariana Pajón andan ocupados tratando de probar en todos los estrados judiciales del mundo que la jugada de Yépez en Brasil 2014 si fue gol. Nuestros ilustres negociadores irán a la mesa, a parte de firmar un documento conjunto en el cual se declara persona no grata al árbitro español que nos “robó” el partido contra Brasil, contarán juiciosamente  a través de un larguísimo y efusivo videoclip que Colombia va por buen camino.

Las imágenes del video comienzan con los 6 goles de James Rodríguez, la coreografía dirigida por Pablo Armero después de cada gol, los saltos prodigiosos de Katherine Ibarguen, las carreras apasionantes de Mariana Pajón, los alaridos  turbadores de Shakira en el cierre del Mundial, un segmento de la entrevista del Procurador Ordoñez arremetiendo contra el matrimonio igualitario, una foto de Uribe aconsejando a María del pilar Hurtado para que huya de la Justicia colombiana, y obviamente, una imagen falsaria del Presidente Santos prometiendo justicia social y exigiendo que Pékerman sea ungido en calidad de héroe nacional.

Gina Parody, Paloma Valencia, Doña Mechas y Nairo Quintana firmarán un acta luminosa, retórica, muy bien escrita, sin sentido, irreal y vacía. Cantarán el himno nacional, un vallenato de Carlos Vives y el estribillo del último éxito de Juanes que nadie se sabe. En el documento no se ve por parte alguna qué va a pasar con las tierras que están en manos de la cuarta y quinta generación de narco paramilitares que hoy se denominan jóvenes emprendedores y tienen un grueso teflón que resiste todas las investigaciones judiciales pues la mayoría son dueños del congreso, las alcaldías y las gobernaciones.

En ninguna de las 435 páginas se lee qué pasará con las jugosas fortunas de las guerrillas colombianas, ni con los terrenos adquiridos fraudulentamente por los funcionarios públicos, y mucho menos, no definen cómo, cuándo y con qué dinero van a indemnizar a las victimas de los agentes del estado. Tampoco se aclara por parte de los negociadores cuánto han de aportar los finqueros y empresarios del campo y la ciudad al programa de restitución de tierras.

Como en todos los acuerdos los negociadores saldrán beneficiados en algo. Gina Parody será en el futuro candidata de no se sabe que pirámide electoral a la Presidencia de la república. Paloma Valencia será Ministra de justicia, después candidata a la Presidencia por el Centro democrático y terminará más decrépita y más ridícula que Martha Lucía Ramírez, expeliendo veneno en compañía de María Fernanda Cabal, y por supuesto, creando una nueva religión denominada: Los testigos de Uribe.

Nairo ganará la vuelta a España, repetirá su proeza en el Giro de Italia y perderá injustamente el maillot amarillo del Tour de Francia por 20 segundos con un ciclista austriaco. Doña Mechas será una anécdota chistosa que Juan Manuel Santos recordará pocas veces en su sobresaltada vejez.

Por :

Osmen Wiston Ospino Zárate
Pedagogo:Normal Marina Ariza Santiago
Licenciado en Administración Educativa: Universidad San Buenaventura
Especialista en Metodologías del Español y la literatura: Universidad de Pamplona
Especialista en Educación con enfasis en evaluación educativa:Universidad Santo Tomás.
Diplomado en Políticas educativas públicas: Universidad Pedagógica Nacional.

Diplomado en Investigación Socio-jurídica: Fundación Universitaria del Área Andina.

Diplomado en Docencia Universitaria: Convenio INFOTEP-Escuela de Minería de la Guajira – EMG

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