En la Institución Educativa CASD de Valledupar se han presentado casos de matoneo que preocupan a la comunidad educativa. Ana Luisa de Hoyos, madre de un estudiante, denunció que su hijo fue víctima de agresiones físicas y verbales por parte de compañeros de clase.
Según Ana Luisa, su hijo, un menor de 12 años, estudiante de sexto grado de bachillerato, fue ahorcado, golpeado en la cabeza y recibió patadas que le causaron hematomas y lesiones en las piernas. Estas agresiones, según ella, se deben a que su hijo es considerado “pasivo” y tranquilo, lo que lo hace blanco de ataques por parte de otros estudiantes.
“A mi hijo lo agredían por ser supuestamente gay, porque es un niño pasivo, tranquilo, no le gustan los golpes, no le gustan las malas palabras, y por eso era atacado. Entonces, la profesora dijo que no podemos mezclar los casos de abuso que están viviendo los niños en el salón, porque ya la institución lo resolvió. Y a mí, como madre, el día de hoy ni siquiera me han mostrado qué fue lo que se acordó con los padres de los otros niños acerca de lo que sucedió con mi hijo. Hicieron un acto conciliatorio con un niño de 12 años sin mi presencia, yo que soy su madre, la responsable del menor”, dijo Ana Luisa, indignada por el manejo que la institución le ha dado al caso.
Además, la madre de familia menciona que el de su hijo no es el único caso de bullying o acoso escolar; según Ana Luisa, otros niños en el colegio también han sido agredidos, incluyendo niñas que fueron atacadas supuestamente por tener una orientación sexual diferente. Sin embargo, aseguran los padres, la institución educativa no ha abordado los casos de manera adecuada con el apoyo de profesionales.
“Hoy aquí en el CASD hay entrega de boletines, y quisimos como salón, como comunidad de padres, acercarnos a la directora del grupo del niño para hacer saber la preocupación que tenemos porque no es solo mi hijo el que está siendo agredido, hay más casos y se evidencia que hay homofobia en el salón porque otras niñas fueron agredidas, supuestamente por ser lesbianas”, agregó.
Ante esta situación, los padres exigen que se tomen medidas concretas para detener el matoneo en el colegio. Piden una reunión con la directora de grupo, la coordinadora y el rector, para discutir el problema y buscar soluciones.
Se espera que las autoridades competentes, como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y la Secretaría de Educación Municipal tomen cartas en el asunto y brinden el apoyo necesario para resolver esta problemática y así garantizar un ambiente escolar seguro para todos los estudiantes.
