La comunicación académica como espacio de debate ideológico va más allá de las interacciones académicas que se ponen en escena a partir de conferencias y exposiciones.

La comunicación académica es a grandes rasgos una negociación consensuada entre la Universidad, la sociedad, la cultura y los estudiantes alrededor de temas tan importantes como la interdisciplinariedad, los contenidos curriculares, las competencias, las pedagogías, las didácticas, las formas evaluativas… las cosmovisiones que cada cual posee del mundo.

La comunicación en los ámbitos universitarios es un ejercicio incesante de lectura y escritura. Una relación permanente entre la realidad, el estudiante y el docente prohijado por proyectos, planes, programas, monografías, tesis e informes, producción intelectual a varias manos, enfocada a la solución de los problemas ciertos de la sociedad.

Es quizás el más grande laboratorio de producción científica que posee la comunidad, en el sentido de construir las oportunidades más eficaces para transformar nuestro entorno vital.

Cuando el docente universitario desarrolla su práctica discursiva, cargada de un contenido ideológico personal, en general, expresa un producto consensuado que se deriva de un juego de poderes entre el pensamiento de la Universidad (Misión, visión, filosofía, fines… la manera como cree que debe ser la sociedad), la malla curricular que oferta y la posibilidad de conexión con el mundo.

La clase de formación humana que “vende” a través de la frase publicitaria que adorna su portafolio de servicios, casi siempre se encuentra más cerca de las utopías, que de las realidades que pregona. Pero la única manera conocida para reducir la catastrófica brecha de las desigualdades sociales, con sus sesgos y sus defectos sigue siendo afortunadamente la Universidad.

La comunicación académica en estos días supera con creces (y debe ser así) la retórica verbalistica que subyace en su cuerpo teórico. Desborda la erudición de los expertos que han convertido en negocio los conceptos, las premisas, las dudas, las certezas y los discursos profesionales. Son una especie de chamanes sabios que nos interpretan los productos de la Universidad, como si estuviesen codificados en otros idiomas, en otras formas de darle sentido a lo que se aprende.

Los factores paraverbales, la gestuación, postura, desplazamiento y contacto visual, conceptos agendados para colocar en contexto y darle sentido a lo que hace la Universidad, son hoy por hoy, discusiones multisemánticas que alejan a los claustros de educación superior de sus verdaderos fines. Hacer ciencia para mejorar los estándares de vida de cada uno de los miembros de la sociedad, podría ser uno de ellos, entre los tantos que les endosan los organismos internacionales.

Sin duda alguna estamos muy lejos de los preceptos de Aristóteles, Platón y Parménides cuando construían el pensamiento griego, a partir de postular que “el lenguaje y las relaciones (comunicaciones) vitales, se podrían determinar por 2 corrientes teóricas específicas: el naturalismo y el convencionalismo”.

Refutando a éstos sabios griegos podríamos afirmar, por una parte, que la comunicación académica no es espontánea ni natural; es más bien contextualizada, debatible y cambiante. Y por supuesto es poco convencional. No es posible imaginar (así haya muchos en las aulas de clase haciéndolo) a los docentes codificando, estandarizando y “gemeleando” sus prácticas y productos a partir de acciones prediseñadas, fracasadas e impracticables.

Es un hecho que para Aristóteles “el fin sustancial de la comunicación académica se reducía al análisis, al razonamiento y al intelecto”. Sin embargo hoy se puede afirmar que la persuasión, la estética y la argumentación son los elementos relevantes, en los cuales se cimenta la investigación, la interdisciplinariedad y las políticas integrales de las Universidades modernas.

Sobra decir que el desafío para los docentes que forman profesionales en la educación superior en Colombia deben cada día estar dispuestos a des-aprender en lo metodológico, en lo disciplinar, en lo pedagógico, en lo evaluativo y en lo didáctico. Entenderse a si mismo como sujeto que aprende, para poder entender a sus estudiantes desde todas las vertientes políticas, laborales, éticas, sociales, ideológicas e intelectuales.

Comprender que el mundo moderno está en crisis producto de fenómenos humanos (crimen, corrupción, delitos y violaciones), precisamente porque la Universidad en vez de cerrarle el paso a las angustias de la sociedad, se ha convertido en una entidad vanidosa, excluyente y extremista que solo le sirve a los empresarios capitalistas, olvidando sin misericordia alguna uno de sus fines más loables: hacer que cada vez más colombianos puedan encontrar la felicidad como un bien posible.

A ese propósito generalizado los docentes universitarios deben comprometerse al máximo, y para ello, la comunicación académica es a mi modo de ver el espacio ideal. Es necesaria una comunicación académica no solo eficaz y productiva: sino democrática, pluralista, laica y científica desde el campo de la evaluación por ejemplo.

Se necesita no solo una comunicación académica que coloque en primer plano las competencias, los desempeños, los saberes, los contenidos, la disciplina, el rigor, la exigencia y los aprendizajes que garanticen un cargo en el competido mercado laboral; es imperativo que tal comunicación sea crítica, reflexiva, conectada con el mundo, respetuosa de la A a la Z de los derechos humanos, y por obvias razones, que mantenga una búsqueda incesante de la felicidad de todas las personas, pues no me quedan dudas, que la felicidad nos hace mejores seres humanos, otro fin primordial de la Universidad contemporánea.

Lectura comentada

1.    Resumen expositivo del texto (aquí se presentan, en forma selectiva y condensada, los contenidos fundamentales del texto):__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

2.     Comentario crítico – argumentado del texto leído:____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

3.   Conclusiones:_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Colectivo: _______________________________________________________________________________________________________________________

Osmen Wiston Ospino Zárate
Pedagogo:Normal Marina Ariza Santiago
Licenciado en Administración Educativa: Universidad San Buenaventura
Especialista en Metodologías del Español y la literatura: Universidad de Pamplona
Especialista en Educación con enfasis en evaluación educativa:Universidad Santo Tomás.
Diplomado en Políticas educativas públicas: Universidad Pedagógica Nacional.

Diplomado en Investigación Socio-jurídica: Fundación Universitaria del Área Andina.

Diplomado en Docencia Universitaria: Convenio INFOTEP-Escuela de Minería de la Guajira – EMG.

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