El país vive el posconflicto y son varias las puertas que se abren para los profesionales en el nuevo contexto. La psicología es una de las carreras que más repunta para enfrentar los retos que trae el nuevo escenario colombiano. Así lo demuestra el crecimiento en la cifra de estudiantes que cada año eligen esta disciplina como opción para su futuro: de acuerdo a los datos suministrados por el Sistema Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación Nacional (SNIES), esta carrera ha tenido un aumento del 44% entre 2010 y 2015.

Según Mauricio Navarro, director de Psicología de la Fundación Universitaria del Área Andina sede Pereira, “La Psicología, como disciplina científica debe identificar su lugar dentro de los procesos de transición hacia la paz. Esto plantea grandes retos en la formación de los profesionales frente a las demandas de intervención que emergen en este momento de transición hacia una sociedad en posconflicto”.

El posconflicto abre nuevos campos de acción para las psicólogos

En tiempos de posconflicto, el panorama laboral se abre para los profesionales en psicología, entendiendo que son fundamentales para varios procesos: la reintegración a la vida civil de excombatientes de grupos armados; la disposición o receptividad de las comunidades para acoger a esta población y la preparación para afrontar dicha coyuntura, son algunos de ellos.

En estos casos, la intervención no se limita al ámbito clínico individual, sino también a facilitar transformaciones desde el ámbito comunitario con el fin de abordar temáticas tan variadas y necesarias como el cambio de imaginarios alrededor del tema de la desmovilización, la reconfiguración del tejido social, las actitudes y los prejuicios, el empoderamiento de las comunidades, la resolución de conflictos recurriendo a mecanismos distintos a la violencia, el fortalecimiento de una cultura de paz, el desarrollo comunitario, entre muchas otras posibilidades.

Los psicólogos serán protagonistas en “la transformación de las prácticas culturales de las personas frente a la paz, búsqueda de alternativas para solucionar problemas sociales y desarrollo de un sentido de pertenencia del país”, complementa Angie Plazas Vega, directora del programa del Areandina en Bogotá.  Además, “se debe prestar especial atención a los mecanismos de atención en salud mental oportuna para las víctimas, excombatientes y demás actores involucrados directa e indirectamente en las dinámicas del conflicto”, agregó Navarro.

¿Cómo lo entienden los estudiantes?

Para conocer la visión que tienen los estudiantes sobre su papel frente a los nuevos retos del país en tiempos de paz, La Fundación Universitaria del Área Andina realizó una encuesta a 490 estudiantes en sus sedes de Valledupar, Pereira y Bogotá. En la misma, el 37.6% de los encuestados manifestó que lo primero que evaluaron a la hora de escoger la carrera, fue el hecho de contribuir al desarrollo social y la paz del país, mientras que el 43% respondió que experiencias personales motivaron su decisión.

Frente a la contribución a los procesos propios del posconflicto que sienten pueden ofrecer desde su rol como psicólogos, el 28.5% siente que su labor será fundamental en las iniciativas de reconciliación y perdón, el 28.3% en problemáticas clínicas derivadas de la violencia y el 19.2% en procesos de resocialización. El 45.8% de los estudiantes piensa que su profesión será fundamental porque tienen la sensibilidad y el conocimiento para tratar directamente con la población afectada, mientras que el 32.1% asegura que su fortaleza está en ser los profesionales más capacitados en la recuperación y construcción de las relaciones familiares y atención a la población infantil (datos completos de la encuesta en la infografía).

Luego de la desmovilización de grupos armados y la caída en los índices de violencia, el 48.3% de los estudiantes cree que los retos prioritarios en atención psicológica deben estar encaminados a acciones de intervención preventiva en las comunidades. El 21.1% apunta a una protección y atención especial a la población infantil.

A la pregunta: ¿Considera que desde la academia la psicología se ha preparado para los nuevos retos del contexto colombiano? Más del 65% asegura que si. Se les preguntó en qué áreas consideran ellos se ha fortalecido la universidad para que ésta y las próximas generaciones de psicólogos sean idóneos para contribuir a la consolidación de la paz: El 40.5% de los estudiantes contestó que através de prácticas sociales en sectores específicos que involucran el postconflicto, mientras que el 34.4% considera que la mayor fortaleza está en contar con docentes que entienden y transmiten las necesidades del país en el nuevo escenario.

La psicología en Colombia debe dar respuesta a las problemáticas derivadas del momento histórico que estamos viviendo y en esta medida muchos de los contenidos de la formación académica se deben adaptar a la luz de la realidad actual del país.  Generar escenarios de reflexión académica alrededor del tema del posconflicto y plantear los retos para la psicología como disciplina científica a través de seminarios, semilleros de investigación, eventos académicos, pero también en las aulas de clase donde se ajusten los contenidos teóricos a la luz de la realidad actual, es el camino por el que apuesta la educación Areandina, para entregarle al país profesionales con pleno conocimiento de la problemática nacional y con la disposición y herramientas necesarias para intervenir la nueva realidad y ayudar a su sostenibilidad.

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