Nelson Villafañe Torres. Nunca olviden ese nombre. Es tan bestia como Luis Alfredo Garavito. Tan demente como Rafael Uribe Noguera. Villafame Torres es un indígena arhuaco que molesto porque su sobrino político jugaba la peregrina, y tal vez le quitaba la tranquilidad al señor, lo tomó por su bracito, y con un machete en mano, decidió cortarle el miembro viril. Lo hizo desde su base, donde una cirugía de reconstrucción es una labor imposible para la ciencia médica, por lo menos hasta ahora.
Luego de este acto de barbarie, Nelson Villafañe Torres asustado, llevó a su sobrino a un centro asistencial, donde bajo amenaza, hizo que el menor estuviera un tiempo en silencio, o que dijera que un mulo lo había castrado. Tal vez por su cabeza se le pasó, que con gota mágica, el pene del menor fuera puesto de nuevo en su lugar.
Pero entre cielo y tierra no hay nada oculto. La verdad salió a la luz, y hoy todos conocemos esta trágica historia.
¿Qué pasó aquí?. Hay una cadena de fallas en nuestro sistema de atención a los menores. Eso de que los derechos de los niños están por encima de los demás, a veces es olvidado por algunos.
¿ Por qué no se activó de inmediato, la ruta de protección al menor? ,Eso comienza en el centro asistencial donde el menor era atendido, pero solo se activó hasta que Radio Guatapuri denunció este hecho, llevando a la justicia ordinaria a actuar antes de que la justicia tradicional indígena, se llevara a la bestia para su territorio a supuestamente ser castigado.
¿No me canso de preguntarme, qué pasará con este niño de nueve años?. Si Dios mete su mano se salvará en la UCI donde permanece, pero ¿será feliz?. El impacto psicológico causado a este niño será enorme. Un reto que deberá enfrentar, ojalá y el Estado no lo deje solo en esta lucha.
Entre tanto de Nelson Villafañe Torres esperamos que se pudra en la cárcel.
