Si bien es cierto, los verdaderos protagonistas dentro de las audiencias llevadas a cabo por la JEP en Valledupar, fueron las víctimas, por lo desgarrador de sus testimonios acerca de la muerte de sus familiares a manos de exmilitares del batallón La Popa, no deja de llamar la atención lo que dijeron los comparecientes al momento de reconocer las atrocidades cometidas a principios de la década del dos mil.
Una de las intervenciones que más llamó la atención, fue la del teniente retirado Carlos Andrés Lora Cabrales, quien señaló que, por los crímenes cometidos, perdió todo, incluyendo a su familia y el honor del que cualquier militar se siente orgulloso.
“ Todos los reconocimientos, felicitaciones, condecoraciones, uniformes fueron quemados por mi señora madre, cuando me encontraba detenido en La Picota” dijo con voz entrecortada el ex militar, al término de su intervención. “ Con esto sepulté cualquier honor militar que me quedaba” dijo Lora Cabrales, luego de reconocer los homicidios que ordenó y ejecutó estando en las filas militares.
Lora Cabrales señaló que sentía un alivio de cierta manera por confesar y por pedir perdón, al tiempo que señaló que la guerra lo puso en una situación muy compleja. “ Hoy en día a mi edad, y nunca es tarde para contar la verdad, y que todas estas familias puedan cumplir sus sueños tan anhelados” señaló visiblemente compungido el ex militar.
Lora estuvo al mando entre marzo de 2003 y abril de 2004, el pelotón especial Trueno, tiempo en el cual reportó 19 bajas en combate, de las cuales 17 son consideradas asesinatos y desapariciones forzadas. De los 38 asesinatos presentados como bajas, Trueno bajo del comando de Lora Cabrales fue responsable de casi el 40 por ciento. De los 103 asesinatos ejecutados, Lora fue responsable de cerca del 17 por ciento.
