Las centrales obreras proponen un aumento del 18%, una cifra que preocupa a los empresarios, especialmente a los micro, pequeños y medianos, quienes anticipan un impacto significativo en sus costos laborales. Esto se traduciría en un ajuste salarial de $208.800 para un trabajador que devenga el salario mínimo actual de $1.160.000, llevando su salario a $1.368.800. Además, el empleador asumiría incrementos en aportes a pensión, cesantías, caja de compensación familiar y ARL, superando los $2 millones por empleado en 2024.
Expertos, como José Fernando Sandoval de la firma consultora BDO, señalan que este aumento tendría un impacto significativo en la economía, dado que 2,5 millones de trabajadores en Colombia reciben un salario mínimo. Destacan la necesidad de considerar el mandato constitucional de cubrir al menos la inflación, que está en 10,15% anual a noviembre, y tener en cuenta los índices de productividad laboral.
La ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, mencionó que se buscará evitar afectar 204 bienes y servicios por el incremento del salario mínimo, incluyendo alimentos, inscripciones y matrículas, cuotas moderadoras de EPS, transporte intermunicipal y seguros médicos.
La negociación del salario mínimo para 2024 se presenta como un desafío clave, ya que las partes tienen hasta el 30 de diciembre para llegar a un acuerdo tripartito. En caso de no alcanzar consenso, el Gobierno podría definir el aumento mediante decreto. El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, espera un aumento en línea con la inflación más dos puntos básicos, proyectando un alza del 11,7%, lo que incluiría el subsidio de transporte.
Empresarios y sindicatos no lograron un acuerdo en el primer plazo, y las reuniones bilaterales continuarán esta semana en busca de una concertación antes de la fecha límite.
