Si de algo son consientes nuestros actuales pre candidatos a la alcaldía, concejo, gobernación, asamblea, es que cada día convencer a la gente para que vote por ellos, es más complicado.
Hay encuestas por ahí, que no han salido a la luz pública, en donde se afirma que el no sabe no responde, y el no votaré, van ganándole a todos los aspirantes actuales a la alcaldía. Y eso sin que lo diga una encuesta, se percibe entre la ciudadanía; la gente no está creyendo, no está confiando, no tiene ganas de votar de nuevo por nadie.
¿ Y de quien es la culpa?. De los mismos políticos que lo han hecho mal, y de los mismos políticos que no le reconocen ni lo más mínimo a quien gobierna.
El discurso apocalíptico, el que critica a quien está en el poder, el que no reconoce absolutamente nada, es el más fácil de pronunciar durante una campaña. El discurso en el que se le echa agua sucia al actual mandatario, concejal, diputado, siembra desazón entre los electores, y al parecer, hace emerger a los candidatos actuales, como los salvadores, como los mesías. Pero en cuatro años, vuelve y juega. Quien criticaba, ahora es el criticado.
Quien no reconoció nada de su antecesor, ahora es víctima de su propio invento y tampoco recibe reconocimiento. Así nunca tendremos la sensación de haber tenido buenos mandatarios, porque cada quien hablará de la fiesta de acuerdo a como le vaya en ella.
Sería interesante hacer campañas sin sembrar la desazón, sin mostrarse como el salvador, y plantear soluciones realizables. Tal vez así, sea más fácil convencer al elector dentro de cuatro años.
