El embarazo en adolescentes es uno de los problemas que más golpea al país, y el departamento del Cesar no es la excepción. Así lo revela un informe elaborado por el Centro de Estudios Socioeconómicos Regionales CESORE.

De acuerdo con el informe, en 2021, un total de 5.116 adolescentes, entre los 10 y 19 años quedaron embarazadas en el departamento del Cesar. La cifra es más alta que el promedio que se presenta en el resto del país.

“El embarazo en adolescentes es lo que los economistas llaman, una trampa a la pobreza” dijo Fernando Herrera Araujo, director del CESORE, quien justificó su pronunciamiento señalando que las niñas que quedan en embarazo, apenas están terminando el bachillerato, aparte de que se someten a un riesgo de salud por quedar en este estado cuando su cuerpo aún se encuentra en etapa de formación.

“Una persona cuando no es bachiller, difícilmente obtendrá un buen trabajo” indicó Herrera, al señalar que la mayoría de las adolescentes no retoman sus estudios secundarios imposibilitando el terminar los mismos, lo cual agudiza la pobreza.

De lo más lamentable del estudio es que mientras el índice de embarazos en el país tiene una tendencia a la baja, en el Cesar aumenta. “Mientras en Colombia la tendencia del embarazo en adolescentes está bajando, en el Cesar está subiendo” anotó, al indicar que en 2016 el Cesar tuvo 5.100 embarazos, en 2021 los embarazos fueron 5.300, lo que da como resultado que fueron doscientos embarazos más.

Los datos de este estudio indican que el departamento del Cesar requiere más educación sexual y reproductiva. “Como explicamos que el año pasado hayan nacido 243 bebes de madres entre los 10 y 14 años” anotó al resaltar que no debió nacer ni uno solo, porque incluso aquí se evidencia que hay hasta abuso sexual en menores de 14 años.

El informe del CESORE quiere además de mostrar la problemática, exponer las experiencias exitosas que han adoptado en zonas de riesgo.  Una de esas experiencias es el de un profesor en Bogotá, que desarrolló una metodología que permitió reducir a cero los embarazos en adolescentes en un colegio de la localidad de Suba, el cual presentaba altísimas tasas de embarazos en menores de edad. “Hay que buscar a las personas y metodologías que han sido exitosas” acotó Herrera Araujo.

Aunque el estudio no midió la incidencia del embarazo adolescente en población extranjera, dijo el director del CESORE         que queda pendiente de saber si adolescentes de Venezuela, por ejemplo, están jalonando hacia arriba las cifras.

Otro tema que preocupa, es que no siempre el embarazo en adolescente es forzado. “A veces es una opción” indicó Herrera Araujo, al resaltar que muchas veces las adolescentes se embarazan voluntariamente, en algunos casos por temas culturales y en otros como una opción de salir de sus hogares paternos a formar sus propias familias.

Herrera Araujo pidió tiempo para las autoridades, con el fin de que, con base en este informe, se diseñen las propuestas por parte de estas y de los grupos políticos, pero indico que “aquí también debe haber respuesta de los padres de familia”, esperanzado en que se tomen en serio el informe.

Para finalizar destacó el director de CESORE que la educación sexual no puede estar enfocada en un género, pues la responsabilidad reproductiva no es exclusiva de la mujer y se debe entrar a trabajar en la población masculina que por desconocimiento y machismo creen que la planificación los excluye o solo involucra un condón.

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