Mientras la tiembla tierra, deberían temblar los delincuentes. Pero no, en estos tiempos, la que tiembla es la justicia que tiene que ir en contraía de su misión, y ver con impotencia, como los más grandes delincuentes del país hoy son supuestamente gestores de paz, por decisión de un presidente al que no le tiembla la mano para firmar decretos en los que llama mal a lo bueno, y a lo bueno malo.
La tierra tiembla, y mientras tanto los corruptos no tiemblan, sino que se ríen en sus casas por después de colaborar con la justicia denunciando a otros corruptos que a la vez también se ríen desde sus mansiones, o desde sus palacios….de Nariño.
Tiembla el gobierno, pero se mantiene firme como la gelatina.
Mientras la tierra tiembla, tiemblan campañas, cuyos candidatos no saben para donde van, no han conquistado a nadie, y deciden, a pesar de los temblores, mantenerse tercamente en sus intenciones de ganar en las próximas elecciones.
Temblores en el cuerpo, es lo que sienten nuestros líderes sociales amenazados que se arriesgan a diario a salir a la calle sin seguridad, porque la seguridad se la dedican a otros que hasta amenazas se inventan.
Temblores que sienten emprendedores que tenían listas sus chazas para hacer una feria, pero por decisiones caprichosas de un gobierno, ven frustrados sus planes de ganarse algo el fin de semana, cuyos recursos irían a parar a las arcas de empresas como Afinia a la que no le tiembla la mano para cobrar un pésimo servicio, a las arcas de una Emdupar que a pesar de no temblarle la mano para cortarnos el chorro, tampoco le tiembla la mano para usar la tijera y cortar la gota que sale cuando se atrasa el pago del pésimo servicio que nos brinda a los vallenatos.
Aquí no nos temblará la voz para cantarle la tabla a quien toque hacerlo.
