Mientras los vallenatos corrían de un lado para otro con el fin de abastecerse de comidas y bebidas, y de comprar ropa nueva para estrenar así como juguetes para los niños, los familiares de Marlene Suárez Castro de 47 años de edad, se movilizaban por carreteras de los departamentos de Santander y Cesar en una funeraria, al interior de la cual viajaba el cuerpo inerme de esta mujer que murió el pasado 23 de diciembre de manera repentina, mientras se encontraba en la ciudad de Barrancabemeja.

Como pudieron, los hijos de esta mujer  lograron conseguir 700 mil pesos para un humilde féretro y el transporte por tierra, del cuerpo hacia Valledupar, no sin antes solicitar ayuda al líder social Luis Carlos Daza, a fin de que se les diera la mano para poder sepultarla.

Y es que si bien es cierto con mucho esfuerzo la familia de Marlene Suárez lograron comprar el ataúd y transportar el cuerpo, no contaban con una bóveda para sepultarlo,  ni mucho menos con los servicios funerarios en Valledupar tales como velación y transporte hacia el cementerio.

Luis Carlos Daza tocó las puertas del Secretario de Gobierno municipal, quien de inmediato se puso en contacto con la funeraria con la que la administración de Mello Castro mantiene vigente un convenio a fin de atender estos casos.

No obstante las buenas intenciones de Felipe Murgas y de Camilo Molina, propietario de la funeraria, lo único que se logró fue que la Diócesis de Valledupar le alquilara a la familia de la difunta, una bóveda por dos años y no por cuatro como habitualmente lo hace. Así las cosas, el cuerpo de la señora Marlene Suárez permanece aún en la sala de su humilde casa en el barrio de invasión Brisas de La Popa, a la espera de poder recolectar el $780.000 que vale el arriendo de la tumba, en donde los familiares de esta mujer, esperan que ella descanse en paz.

Este hecho pone de presente una vez más, el viejo debate sobre la necesidad de construir un cementerio para los  más pobres en la ciudad, un proyecto del que se ha hablado tanto, pero que jamás se ha concretado.

Otra situación que se debe analizar es el convenio de la Alcaldía de Valledupar, que por aunque en esta ocasión estaba vigente, no es la constante y tampoco sirvió de nada para solucionar la situación de Marlene Suárez, ya que lo único que la Alcaldía a través de esta funeraria suministra es el ataúd, pero la bóveda que lo más costoso muchas veces, debe ser solucionado por los parientes de la persona fallecida.

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