Mi hermano y yo – no voy a hablar acerca de la canción de Emiliano  – teníamos la bendita costumbre de sentarnos,  a escuchar detenidamente una a una las canciones del Binomio de Oro el día que salían al mercado. Las analizábamos con  filigrana, las escuchábamos verso por verso, por delante y por detrás como orfebre observando una pieza de oro.

¡ Eso era un suceso!. Solo cuando el Binomio y Diomedes Díaz salían con sus nuevos discos, Valledupar se paralizaba, esos eran otros benditos tiempos, irrepetibles.

Cada canción de ese Binomio era una poesía, y/o una muestra representativa de nuestra cultura costeña, salvo cuando los locutores exitosos de la radio vallenata de entonces, pusieron el grito en el cielo, el día que escucharon a un cantante vallenato decir: “ Y si me quiere están in, porque me adoras, si no me quieres estar out, porque me odias”. ¡ Cómo se le ocurre cantar eso, ustedes creen que Michael Jackson va a cantar La Cañaguatera!, puso el grito en el cielo uno de los manda a calla de la radio vallenata.

Pero los binomistas estábamos ahí, firmes como un roble, defendiendo y apoyando al Binomio. ¡Lo que era con ellos, era con nosotros, nojoda!.

Y en esos largos análisis, y largas jornadas de escucha como si fuésemos jurado pre calificadores  del festival vallenato, una de las conclusiones que sacamos mi hermano y yo, es que esos manes estaban adelantados en el tiempo. ¿Con qué se vendrán el otro año?, preguntó mi hermano. Te aseguro que con algo mejor, más moderno, le respondí. Alguien me había dicho que la música era infinita.

Han pasado los años, y el tiempo nos dio la razón. La música del Binomio, de ese Binomio se escucha cada vez mejor, como si la tecnología no hubiese evolucionado más de lo que podía evolucionar en manos de Rafael e Israel.

Lo que ni mi hermano ni yo preveíamos, era que un día Rafa nos iba a dejar tan temprano. Ahora, nosotros más viejos y  él ausente, nos preguntamos, ¿cómo sería Rafael Orozco en estos tiempos?. Entonces presento las siguientes teorías:

Lo primero sea decir, que ya Rafael e Israel no estuvieran juntos, pero el Binomio sería de seguro de propiedad de Rafa. Y la teoría la refuerzo en las informaciones que señalan que esta unión estaba a punto de acabar cuando a Orozco le cegaron la vida.

Lo segundo es que me imagino que por fin alguien hubiese grabado un vallenato en inglés como Rafael Orozco lo tenía pensado. Hablo de un vallenato en inglés exitoso.

De seguro en esta época, Rafa no usara bigotes, o tal vez  tendría barba cerrada, pues la moda la trajeron los venezolanos a Colombia, y Venezuela era la segunda casa de este artista.

De lo que estoy más seguro, es que Rafael Orozco no hubiese dejado de grabar canciones con letras hermosas. Nunca, creo, hubiese sucumbido ante esos vallenatos de icopor que ahora escriben por ahí. ¿Será que en 10 o 20 años, cuando esta muchachada que consume ese vallenato  sin trascendencia, vuelva a escuchar esos temas, podrá decir como decimos mi hermano y yo. ¡eso si es música!?. Lo dudo.

Y por último concluyo que Rafael Orozco, 26 años después canta mejor.

 

Por Limedes Molina Urrego

@LimedesMolinaU

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