» Es un acto de gallardía y humildad, querer reposar en su pueblo» dijo el compositor Rafael Manjarrez al referirse al juglar de la música vallenata Calixto Ochoa. Durante la homilía, antes de ser llevado a su morada final el compositor de más de mil 400 canciones, Manjarrez quien a nombre de Sayco hizo un reconocimiento para el artista, dijo que Ochoa les había dejado el reto de honrar su memoria  que era un acto de grandeza pedir que lo sepultaran en el humilde pueblo donde nació hace 81 años.

Y ese era el comentario alrededor de la plaza de la iglesia de Valencia, atestada de gente que había llegado de los diferentes barrios de la población, de los caseríos, de Valledupar y de otras ciudades. El pueblo donde Ochoa Campo nació se mostró al mundo como el mismo Calixto era y de lo que tenía fama, como  un excelente anfitrión.

Los actos fúnebres organizados por la Gobernación del Cesar, fueron dignos del juglar del que todos en Valencia se sienten orgullosos. Hubo tiempo para la reflexión del sacerdote Enrique Iceda, para los pergaminos en reconocimiento a la vida y obra del juglar, para las palabras de agradecimientos de Rolando Ochoa. » Hoy no lloro porque he llorado demasiado, gracias a Jesucristo por permitirnos tener a este hombre con nosotros, y gracias a ustedes por quererlo tanto» dijo Rolando con su acordeón al pecho, con el cual interpretó uno de los tantos temas de su papá.

calixto

El cuerpo del maestro del acordeón, fue llevado en hombros por sus hijos, amigos y familiares recorriendo la misma ruta que recorre cada semana santa el Nazareno, el santo del pueblo. Unas pocas cuadras para hacer una estación en la casa donde hace 81 años nació el humilde campesino que sin saberlo se fue haciendo cada día más grande.

Siguió el recorrido por las bellas calles empedradas de Valencia,  en medio de la música que cada vecino de manera espontánea reproducía en sus equipos de sonido. Cada canción contaba una historia, de esas historias que ya no se cuentan en la música vallenata de hoy.

Y llegó el cortejo al humilde cementerio del pueblo. En la misma tumba donde reposan sus padres  y hermanos, y luego de que Jorge Oñate le cantara El Lirio Rojo, uno  de los tantos éxitos suyos, el rey de la picaresca fue sepultado.

casa cañlixto
Esta es la casa donde nació hace 81 años Calixto Ochoa Campo

Todos de regreso. Rolando Ochoa interceptado en el camino por muchos que querían expresarle su dolor.

Atrás en  esa tumba humilde, quedó el cuerpo de Calixto. De seguro será de ahora en adelante lugar de peregrinaje de quienes quieren conocer más de la vida de este hombre que pasará a la historia, como el más prolífico de la música vallenata.

Por Limedes MOlina Urrego

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