En hora buena, el alcalde electo Ernesto Orozco hace este anuncio: “Vamos a presentar nuestro primer proyecto de acuerdo que va encaminado a decir cuáles son las zonas donde se va a prohibir el consumo de drogas de acuerdo a la nueva normatividad que tiene el presidente de la república y lo vamos a prohibir en parques y en colegios porque esto no puede seguir así” dijo el mandatario electo. Que comience por ahí Orozco Durán, es esperanzador para quienes aún creemos que nuestros niños se merecen un mejor entorno, y que por muy tolerantes que nos toque ser con quienes están presos de la droga, estamos seguros que es más importante garantizar espacios de esparcimientos libres de consumidores y por ende de expendedores. Al fin de cuentas, uno no vive sin el otro. La oferta y la demanda, siempre coexistirán.
Mis dudas sin embargo están centradas en la Policía, organismo encargado de ejecutar los decretos que un alcalde emita. No es que hayamos visto mucho compromiso por parte de la fuerza pública en mantener libre de consumidores y expendedores los parques de la ciudad. Los líderes comunitarios están cansados de decirnos un día que llegó la Policía y otro día de decirnos que ya ni por ahí se acercan y mucho menos contestan.
Y ni que decir de los colegios. Al inicio de cada semestre, con bombos y platillos se anuncia el acompañamiento por parte de la fuerza pública, y al día siguiente ya nos queda claro que todo se hizo para sacarse las respectivas fotos y videos, que van a parar a las redes sociales.
Que sus medidas no sean flor de un día, es un reto de Ernesto Orozco. Por cierto, ¿ya se echaron una pasada por el Mercado de Valledupar?. Volvieron los trancones, los vendedores estacionarios y ambulantes que no pagan impuestos, y la invasión del espacio público. Eso de recuperar el entorno del mercado, también fue flor de un día.
