Iván Márquez
Definitivamente hay gente pa todo. Gente para la paz, y gente para la guerra. Iván Márquez fue uno de ellos. Estuvo en la guerra al frente de masacres, causando dolor, derramando sangre pero se sentó y firmó una tregua con el gobierno de Belisario Betancourt, y en los años ochenta, llegó a la Cámara de Representantes cobijado por la Unión Patriótica. Ante la persecución contra esta colectividad que terminó también en un baño de sangre, abandonó la política y regresó a las armas.
Años después en el gobierno de Juan Manuel Santos, se volvió a sentar en la mesa de diálogo y firmó la paz. Pero la desconfianza hacia el Estado nunca la perdió, así que decidió volver al monte, abandonar la paz y retornar a la guerra. Pateo Iván Márquez la lonchera, mordió la mano de quien se la extendía para vivir tranquilo como hoy día vive Timochenco y otros ex Farc, quienes llegaron a la política, y comandan un partido que tiene sus curules en el Congreso donde calientan silla, porque pasan de agache en los grandes debates nacionales, y porque poco o nada tienen que ver con las bases de ese grupo armado ilegal.
¿Eso fue lo que movió a Márquez para volver a la guerra?. ¿ Querer ser solidario por anticipado con sus hombres rasos?. ¿ O lo movió el negocio de la droga?. ¿ Lo movió el amor por la guerra?. El secreto se lo llevó a la tumba en su amada Venezuela, país que pensó sería su paraíso y resultó ser su infierno.
Iván Márquez, el hombre que despreció la paz para morir en su ley.