Aunque no parezca la culebra se arrastra y sigue viva en toda la geografía colombiana. Las antorchas incandescentes de una protesta trasnochada y tristemente fabulada por los uribistas a cerca de un fraude en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en las cuales el Presidente Santos acalló los rugidos de las motosierras a punta de votos, colocaron a berrear …