Si antes del 15 de diciembre, los trabajadores del Hospital Rosario Pumarejo de López no reciben en pago de sus salarios atrasados, saldrán a las calles a protestar. Así lo anunciaron los funcionarios, al sorprender con la noticia de que el centro asistencial, que está intervenido por la Súper Intendencia de Salud, no les viene cancelando sus salarios.
La sorpresa consiste en que desde la intervención, aunque el centro asistencial viene recibiendo importantes recursos, estos solo son destinados a la operación del mismo, más no ha alcanzado para el pago de la deuda que se tiene con ellos.
En un comunicado, los funcionarios del Rosario Pumarejo, señalan que están satisfechos con la intervención por parte de la Super Intendencia Nacional de Salud, porque el flujo de recursos les ha permitido ir recibiendo el salario de manera puntual, más no el pago de la deuda que se tiene con ellos desde antes de la intervención.
“ Es así como tenemos cuentas que no nos han sido canceladas por valor de $20.691.306.502 a 31 de diciembre de 2021 y que corresponden en muchos casos hasta 24 meses sin recibir nuestros salarios” señalan los empleados
Indican que ahí están incluidos todo el personal asistencial y administrativo, distribuidas en las diferentes especialidades y organizaciones en las cuales se asociaron en su época para prestar el servicio.
Estas organizaciones son Annesalud, Asgoce, Singremicol, Aspesalud, Astrasalud, AGM Salud, Asenec entre otras
En una carta dirigida al Superintendente Nacional de Salud, Ulahy Beltrán López, el equipo asistencial que presta los servicios de salud en el Hospital Rosario Pumarejo de López, piden su intervención para que el Gobierno Nacional gire los recursos para pagar los salarios atrasados que les adeudan.
En este sentido solicitan el apoyo de la Superintendencia de Salud para que el Hospital Rosario Pumarejo de López sea beneficiado con el giro de recursos,
“esto según la fuente que ustedes dispongan, que permitan que se nos pague el dinero adeudado” indican.
Añaden que son profesionales que subsisten y sacan adelante a sus familias a través de la prestación de sus servicios en las diferentes especialidades, “lo cual hacemos con pasión, con amor y respeto por la vida y salud de nuestros pacientes, como tal merecemos ser escuchados y resarcidos ante el daño que se nos está causando al no recibir nuestros pagos”.
