Tras una elección marcada por el descontento ciudadano, Gamarra, Cesar, se prepara para un nuevo ciclo electoral dentro de 45 días. De los votantes habilitados, una mayoría destacada de 3,474 personas optó por el voto en blanco, reflejando así una clara demanda de cambio en la administración local.
La comunidad ha expresado su descontento ante la actual gestión, citando áreas críticas como la salud, donde sienten que las instalaciones y servicios médicos están obsoletos y no cumplen con las necesidades básicas de la población. «Necesitamos un cambio genuino y una gestión efectiva que impulse el desarrollo de nuestra localidad», comentó Xenia Pérez, una promotora del voto en blanco en la región.
El proceso electoral se encuentra aún bajo escrutinio, y el veredicto final dependerá de la conclusión de las comisiones escrutadoras. Según la ley colombiana, si el voto en blanco obtiene más del 50% de los votos válidos, se debe organizar una nueva elección con diferentes candidatos.
En medio de este ambiente electoral, el dolor también prevalece en Gamarra debido a la trágica pérdida de Duperlys Arévalo Carrascal, una funcionaria de la Registraduría, en un violento incidente en la sede electoral. En respuesta, las autoridades han intensificado los esfuerzos para encontrar a los responsables, ofreciendo una recompensa de hasta 50 millones de pesos por información que conduzca a su captura.
A pesar de los desafíos y la tristeza que enfrenta la comunidad, la vigilancia cívica permanece firme, con la población local atenta al proceso de escrutinio y las investigaciones en curso, manteniendo la esperanza de un futuro más prometedor y justo para Gamarra.
