En el pasado proceso electoral se le observó juiciosa comunicando por medio de lenguaje de señas los pormenores del debate que tanto con candidatos a la Alcaldía de Valledupar, como a la Gobernación del Cesar,  organizó  el Círculo de Periodistas de Valledupar. Ella, en un extremo del auditorio donde se llevaron a cabo los debates, y con una cámara enfrente, comunicaba a los televidentes sordos del canal local de televisión, detalles de lo que estaba ocurriendo en el recinto. Mentiras y verdades, al fin de cuentas todo lo que salía de la boca de los aspirantes.

Se trata de Rosa Isabel Cotes Abdala una administradora de empresas que por necesidad aprendió el lenguaje de señas colombianas. Hace 18 años aprendió de manera autodidacta  a comunicarse con quienes lamentablemente no pueden hablar con su boca.

El interés por este mundo de los sordos comenzó durante una visita que realizó al Idreec, un instituto que presta asistencia a niños con limitaciones físicas. Allí pudo observar a varios niños sordos tratando de comunicarse entre sí por medio de señas. “Eso me conmovió mucho” dice la interprete.

Pero luego una vecina quiso entablar con ella un diálogo. Pero el problema era que esa vecina no podía hablar y solo se comunicaba por lenguaje de señas.

La misma vecina le regaló unos libros en los cuales se explicaba cómo se podían comunicar. Los libros fueron devorados por esta mujer amante del estudio, a tal punto que en poco tiempo era una experta intérprete de lenguaje de señas colombianas.

Ese talento no hallaba explicación en la Asociación de Sordos, cuando ella les dijo que sabía el oficio. Era difícil entender como sin una capacitación formal y sin tener a algún familiar sordo, pudiera haber aprendido. No obstante luego de un riguroso examen, la misma entidad la certificó, y hoy día alterna su profesión de administradora de empresas con el oficio de intérprete de lenguaje de señas.

Y aunque son cientos de personas con esta limitación física, el país poco ha avanzado en las políticas de inclusión para hacer que la población sorda tenga la posibilidad de ser escuchada.  “ Falta en realidad unas políticas públicas, más integradoras que permita a la población con limitación auditiva, tener acceso a espacios como los canales de televisión” señala.  Añade que existen países en donde es obligación que profesionales como los médicos, aprendan lenguaje de señas, cosa que en Colombia no ocurre. “ En España es uno de los países pioneros que le dan importancia a la discapacidad auditiva, y a la población discapacitada en general” anota esta mujer, que comunica a quienes tienen a veces dificultades para comunicarse.

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