Cali, pachanguero. Cali, elegida por el gobierno del presidente Petro, como la sede de la COP 16 de biodiversidad. Buena por Cali, aplausos y de pie. Buena por el presidente, por darle el valor a esta ciudad, primera de Colombia donde la cultura ciudadana fue una bandera. Antes de que Mockus apareciera con sus palos y garrotes, con sus tarjetas roja y amarilla, en Cali la gente nos daba sopa y seco en buen comportamiento ciudadano. Y aunque esas costumbres en parte parecen haberse perdido, lo que si se mantiene es la conservación del medio ambiente. Ambas van de la mano, Cuidar el planeta es propio de los buenos ciudadanos.
Así que Cali, y sus alrededores, es un buen ejemplo de cómo se conserva la biodiversidad, temas en torno de lo cual girará la Cop16.
Ahora bien, ¿si escucharon el discurso del presidente al anunciar que era Cali la ciudad elegida como sede de la COP?. Después de varios piropos Gustavo Petro dijo que entre otras cosas, Cali había sufrido el estallido social, donde se vieron a hombres “ blancos” disparando contra indígenas.
Y es verdad, pero a nuestro presidente se le olvidó que también la turba amenazó, y hasta atacó a personas que dormían plácidamente en sus casas. Sus propiedades fueron atacadas, invadidas, violentadas. Eso también hace parte de la verdad, y no la post verdad con la que se quiere justificar que Cali sea sede de la COP, cuando ese argumento no es necesario, teniendo la capital del Valle del Cauca, tantas cualidades para ser merecedora de este evento de talla mundial.
Bienvenida la COP 16, con sede en Cali, elegida por muchas cosas buenas, y no por el estallido social, que aún divide a la opinión pública.
