Parecen niños estrenando juguete, con la diferencia de que un niño se engolosina con el juguete por inocencia, pero estos que están en el gobierno, lo hacen por codiciosos. Convirtieron las herramientas del Estado, en algo que pueden usar caprichosamente, para llenar sus vacíos personales y satisfacer sus necesidades.
Primero fue doña Francia Márquez. La vice presidenta se le dio por usar un helicóptero que pagamos todos los colombianos, para ir y venir desde su casa hasta su despacho. Y la respuesta ante las críticas, fue ¡ de malas!.
Y ahora la niña Laura Sarabia, usa un polígrafo para tratar de esclarecer el hurto de un dinero supuestamente por parte de su empleada doméstica en su residencia.
Y hasta ahí estamos en eso, en el uso desmedido de lo público para asuntos personales. No se trata de usar los computadores del trabajo para realizar labores personales, no, se trata de usar la fuerza pública para intereses propios.
Ahora bien, pero ir más allá y chuzar a las empleadas!. ¿Hacerlas pasar por miembros de un grupo ilegal para justificar la investigación?. Eso se llama falso positivo. Chuzadas más falsos positivos, igual: son lo mismo que tanto cuestionaron. Y ni se sonrojan. Descarados.