Nos lo dejaron claro Álvaro Uribe y Gustavo Petro, una cosa son los debates políticos, y otra muy distinta la vida real. Las diferencias mostradas durante la campaña electoral y durante la permanencia de ambos en el Congreso, en donde fueron abundantes los dimes y diretes, no le quitó a ambos líderes, lo cortes y mucho menos lo valientes. 

Ahora bien, este encuentro cordial y sincero que parece fue lo que protagonizaron el expresidente y el presidente electo, no debe llevarnos a falsas expectativas.

Lo primero, no sea sacar pecho los uribistas diciendo que la reunión con el expresidente era fundamental para garantizar la gobernabilidad. Petro puede gobernar sin un clima amable con la oposición, al fin de cuentas su escenario siempre ha sido caracterizado por la guerra o con las armas durante un tiempo, o con la dialéctica. En esta última lo preferimos.

 Así las cosas, a todo señor todo honor, a reconocerle a Petro el acto de deferencia que tuvo con Uribe de invitarlo a dialogar, quien dicho sea de paso, no posó en esa reunión como el gran sensei que iba a enseñarle a gobernar al presidente de izquierda.  No, por el contrario, propio de su talante, lo primero que hizo Uribe fue reconocer el mal momento por el que atraviesa  su partido,  que pasó de ser el que más congresistas tenía, a ser el que por la cantidad de congresistas es el cuarto.

Lo segundo, no guardemos falsas esperanzas en el sentido de que ahora todo lo que Petro haga, el partido de Uribe lo va a aplaudir. No señor. Lo que viene es una oposición., esperamos que sensata y eso sí, muy necesaria. Lo peor que nos podría pasara como democracia, sería el unanimismo. Eso no le conviene a nadie.

Y lo tercero, a nosotros como electores tanto Petro como Uribe nos dieron una lección: se puede dialogar en medio de las diferencias. Mientras usted sufre, ellos, los políticos, hablan, lo cual, parafraseando a Rodolfo Hernández, es gratis. ¿ Y usted por qué de una vez por todas no desarma su corazón?. Ya lo hicieron Petro y Uribe, coja ejemplo.

Por Limedes Molina Urrego

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