Las reformas que Petro presenta en el Congreso o no salen como entran, o simplemente no salen. Acaba de pasar con la reforma a la salud, la bandera del gobierno del cambio.
El mismo ministro del interior, Luis Fernando Velásquez reconoció que no supieron vender la reforma a la salud en el Congreso de la república. El encargado de manejar las relaciones políticas, de mover los hilos del poder, no supo hacerlo, y reconoció su fracaso. ¿Debe irse?. Es lo que de seguro pedirán muchos, cuando la razón principal es que el que no sabe vender sus iniciativas, es el mismo Presidente.
Las reformas en el país se necesitan. No me vengan a decir que tal como vienen las cosas, están funcionando bien. Hace mucho tiempo, en muchos aspectos se requieren reformas, pero en un país democrático como gracias a Dios, todavía es el nuestro, se requieren las buenas relaciones, las buenas formas, el diálogo, la concertación, y no la imposición de las iniciativas a la brava como ha pretendido nuestro presidente.
Ahora tocará de golpe, dijo Petro. ¿Golpe de qué?. Por ahora de golpe intervenciones a las EPS. ¿Y qué golpes nos faltan?
Dios nos guarde, pero, esperemos, el golpe avisa.
