Si muchos de nuestros gobernantes son consumidores de marihuana y otras cositas, por qué nos vamos a sorprender que el consumo de cannabis con fines recreativos, esté a punto de ser aprobado definitivamente en el Congreso de la república. Ya se fumó parte del porro en la Cámara, solo falta que se termine de consumir el tabaco en el Senado la próxima semana. Y ahí sí, mi valesita,! libertad total para darse por la cabeza!.
Los más conservadores en el país hoy ponemos el grito en el cielo, pero es menester revisar qué encierra esta no prohibición del consumo del cannabis para fines recreativos.
Lo primero sea decir, que dejamos de tener un doble discurso, una doble moral que nos caracteriza. Hace mucho tiempo la gente que consume no necesita de permiso del Estado ni de la sociedad para hacerlo. Y hace muchos años, el consumidor no es penalizado por ser un adicto, y por ende ser paciente necesitado de tratamiento.
Ahora bien, el Congreso no le está ordenando a la gente que salga a consumir como loco, como adicto. Que el ciudadano quiera entender otra cosa, la verdad no es culpa de los padres de la patria.
No, no se trata de un llamado al consumo, pero si abre la puerta para que así como el Estado se está dando por vencido en torno de los consumidores, pronto tire la toalla frente a los expendedores, frente a los narcotraficantes. En este país, eso está “ de un cachito”.
