Se fue sin que le conociéramos la voz. El gerente interventor de Emdupar Germán González Leal, quien ante la primera amenaza presentó renuncia a su cargo, nunca quiso darle una entrevista a los medios de comunicación. Le negó la oportunidad a la opinión pública de saber de viva voz cómo avanzaba o como por lo menos comenzaba ese proceso de intervención, el cual muchos suplicamos, considerándolo la mejor opción para salvar a Emdupar.
Un día lleno de miedo, cómo si alguien le hubiera dicho que esto iba a ser fácil, presentó su carta de renuncia. Ni siquiera nos informó a los medios y por ende a la opinión pública, qué hizo durante el poco tiempo que estuvo en el cargo.
Y por las mismas va el actual gerente. Pablo Jaramillo decidió que guardar silencio era lo mejor para desarrollar su labor. ¿Que oculta el agente interventor? ¿ Por qué no habla a los medios? ¿La opinión pública le es piedra de zapato en su gestión?.
Esa manía que tienen algunos funcionarios, cómo por ejemplo la nueva directora seccional de fiscalías que solo le conocemos la voz cuando quiso, no les conviene, siembran un manto de dudas. Es una decisión personal, respetable, pero lanza un manto de duda en torno de su gestión.
Manía que por ejemplo tiene el comandante de la Policía en el César quien por temporadas aplica su política de la auto censura.
Manía de algunos alcaldes, que le temen a las preguntas de esta mesa de trabajo.
Así las cosas, Pablo Jaramillo, agente interventor de Emdupar va por las mismas, hablando cero, callando todo. ¿Que oculta gerente? ¿Cuál es el miedo?. Ojalá calladito sea efectivo, que es al fin de cuentas lo que queremos para que Emdupar se salve.
