Fui el niño más cobarde que pudo existir en mi época. Ni volarme del colegio, ni rallar las paredes, mucho menos dibujar vulgaridades en los baños, ni quedarme con los vueltos en fin. Nunca me atreví, porque el temor era que mis padres me hicieran lo mismo que a mi hermano; que me dieran correa. Él, mi hermano, se atrevió …