No debe ser nada fácil para un presidente, los últimos meses de su gobierno. Primero tiene que enfrentarse a las críticas de los opositores durante el tiempo de campaña, pues al fin de cuentas da más réditos políticos hacer campaña criticando, que reconociendo algún logro del gobierno que va de salida. Y se vuelve más tortuoso para el presidente de turno, luego de las elecciones. Ese tránsito de los días hasta el siete de agosto, cuando asume su reemplazo, no debe ser nada agradable, máxime si quien lo reemplazará será de la corriente opositora, como ocurre en este caso cuando Iván Duque le entregue el poder a Gustavo Petro.

A los colombianos nos da la impresión que los últimos meses del cuatrienio, tenemos dos presidentes. Uno en ejercicio, el otro electo. ¿ Y cuál manda más?. El que se encuentra en ejercicio todo paso que da es criticado, especialmente por el entrante, quien le pide que no firme esto o aquello, que no comprometa este recurso o aquel. Mientras tanto llegan cartas de grupos armados ilegales pidiendo diálogos al gobierno, a sabiendas de que no se alcanzaría en la administración que va de salida, y que tampoco lo va  a hacer por las mismas razones que Duque ha expuesto en estos casi cuatro años. Se notan las ganas de estos terroristas de hacer ver ridículo a un gobierno que va de salida.

El presidente gobierna hasta el siete de agosto. Respetar ese mandato popular sería lo mínimo que pudiéramos exigirle al gobierno entrante.

Tendrán cuatro años para ejercer. Bueno, cuatro años menos 47 días, porque su sucesor, también le hará la vida imposible a Petro en cuatro años. Así somos en Colombia.

Por Limedes Molina Urrego

Cargar artículos relacionados
Cargar mas en Perfil Político

Puedes leer.

Representante propone ley para establecer requisitos éticos y académicos para cargos públicos

Bogotá, abril 19 de 2024 La representante a la Cámara por Bogotá, Olga Lucía Velásquez, ha…