Así anunciaban los programas de televisión de humor antiguamente, cuando querían posar de sinceros los productores de estos espacios. La gente ya había captado que las risas que se escuchaban cada vez que los actores decían algo que supuestamente era gracioso, eran superpuestas, y no reales. Pues a la oficina de prensa de la Presidencia de Colombina, le hubiese quedado …