Los cálculos que se hacen, indican que alrededor de 20 mil personas salieron a marchar ayer en respaldo a las propuestas que el Presidente Gustavo Petro viene promoviendo. Veinte mil personas, son mucho menos de los que votaron por el hoy mandatario de los colombianos. Existen tres razones para que la mayoría de los votantes no salieran a marchar: la primera es que no fue un domingo, y la gente estaba ocupada en sus actividades. La segunda, es que mucha gente ya se decepcionó del actual gobierno, y la otra es que la ciudadanía está a la espera, dándole esos compas al mandatario de los colombianos para que cumpla lo que prometió, porque al fin de cuentas lo eligieron para que gobernara y no para que promoviera marchas.
Y el turno es para la oposición, que por lo menos en el Cesar, si habla de paro, de bloqueos, vías de hecho de las cuales los colombianos estamos cansados, estamos hartos. ¿Dándole al gobierno de su propia medicina?. El perjudicado, si es así, no será Petro, será el pueblo que necesita trabajar, estudiar, ir al médico, etc.
El reto para los inconformes es grande de todos modos. La oposición actual, no tiene la cultura de las protestas, no es de salir a marchar, mucho menos de destruir la infraestructura, que lamentablemente es lo que hace sentir a los manifestantes. Ojalá nunca adquiera esta cultura, y de un buen ejemplo.
¿Un país dividido?. Sin duda alguna es lo que está ocurriendo en Colombia. Pero por lo menos, aún democrático, donde se puede alzar la voz en pro y en contra de un gobierno elegido democráticamente el pasado 7 de agosto.
