Mientras se escucha a lo lejos el discurso convincente y melancólico del vendedor de plátanos, las letras titubeantes y cansinas se desplazan por la pantalla del portátil como si tuvieran vida. El voceador de frutas con voz de barítono en decadencia me recuerda que la vida en tiempos de pandemia no es para valientes, es para los suicidas. ¿Suicidas, ignorantes …

